La Organización Mundial de la Salud –OMS- define la salud sexual y reproductiva como la condición en la cual se logra el proceso sexual y reproductivo en un estado de completo bienestar, físico, mental y social tanto para hombres como mujeres en edad fértil, sus parejas y los(as) futuros(as) hijos(as).
Cuando tomamos la decisión de cómo queremos vivir y disfrutar nuestra salud sexual y reproductiva de manera responsable y segura, implica tener la capacidad de integrar todos los procesos de bienestar sexual que potencien la personalidad, la comunicación y el amor, especialmente regulando nuestra fertilidad y teniendo relaciones sexuales sanas y felices.
Entre éstas acciones se incluye la protección contra las Infecciones de Transmisión Sexual -ITS/VIH y Sida y nos llama inmediatamente a pensar en la palabra “prevención” y es aquí donde radica todo, ¿Qué hacer para prevenir? ¿Qué autocuidados debemos seguir? ¿Cómo podemos cuidarnos nosotros(as) mismos(as) si decidimos abstenernos o tener relaciones sexuales?
Hay muchas acciones que podemos realizar, aquí citaremos algunas recomendaciones:
- Tener información adecuada y necesaria para poder tomar decisiones libres de coacción, discriminación y/o violencia.
- Conocer bien nuestro cuerpo, nuestros genitales y cómo funcionan normalmente. Tener hábitos adecuados de higiene (asear bien los genitales, cambiarse la ropa interior todos los días, cambiar con regularidad las toallas de baño para evitar contacto con hongos o bacterias, entre otros).
- Revisar si tenemos fluidos de color blanquecino, amarillo y/o maloliente que manche nuestra ropa interior, hacer una inspección de nuestros genitales ante la aparición de alguna lesión, herida, llaga, grano o verruga y buscar atención obstétrica y/o médica de presentarlo.
- Realizarnos el autoexamen de mamas (1 semana después de la menstruación) y de testículos por lo menos 1 vez al mes para notar si apareciera alguna alteración y acudir a consulta especializada lo más pronto posible.
- Tomar atención a los cambios en la orina: color, frecuencia, dolor o ardor al orinar, sensación de urgencia y acudir al centro médico a realizarnos chequeos anuales de rutina que incluya en mujeres el examen de Papanicolaou, también si notamos alguna aparición fuera de lo normal o algún problema de tipo sexual.
- Contactar a una persona de confianza (familiar, personal de salud) para conversar o tener una consejería sobre nuestras dudas e inquietudes en nuestra sexualidad y sus manifestaciones.
Si deseamos mantenernos en abstinencia, debemos conversar con nuestra pareja sobre ello, para que esta decisión sea respetada por ambos y antes de que se presente cualquier tipo de presión, coacción y/o violencia. Recuerda que la comunicación es muy importante en una relación de pareja.
Lo importante es que podamos tomar la decisión informada, auto cuidándonos en pareja y con el consentimiento de ambos en el momento que se va tener una relación sexual y que la experiencia sea la mejor. Esto les permitirá conocerse mejor en la intimidad, tener la confianza y libertad de expresar sus sentimientos manteniendo la tranquilidad física y emocional sin correr riesgos.