El VIH y el mundo laboral

Hace poco un reconocido actor americano declaró ante un programa televisivo que tiene VIH desde hace 4 años; ante ello, fueron muchos los medios de comunicación que publicaron titulares diversos declarando la condición del actor y muchos de ellos se atrevieron a afirmar que tiene sida, y como ya lo sabemos por artículos anteriores, VIH y sida no son lo mismo.


Sin embargo, lo más llamativo del caso, fue que tras revelarse la situación del actor, representantes del canal en el cual se encontraba trabajando, desestimaron su condición para actuar por ser adicto a las drogas y por ser “VIH positivo”.

Este es uno de los muchos casos de discriminación laboral que día a día sufren las personas con VIH en el mundo y si bien este se hizo público, es debido a que estamos hablando de un personaje conocido. Sin embargo, existen muchas más personas que no cuentan con la posibilidad de acudir ante los medios cuando son víctimas de este tipo de abusos, pese a que actualmente existen leyes que protegen a los empleados de este tipo de discriminaciones.

Según el artículo 6 de la ley N.º 26626, una persona puede seguir laborando mientras esté apta para desempeñar sus obligaciones, es por ello que una empresa no está en la capacidad de despedir a un trabajador por su estado de salud mientras esta siga en la capacidad de seguir realizando sus funciones con normalidad.

No obstante, muchas veces es la ignorancia sobre el VIH que lleva a los empleadores a tomar medidas radicales, es por ello que es sumamente importante que exista una cultura de información en las empresas, de modo tal dejen de lado temores relacionados al VIH que no tienen razón de ser.

 

De ahí que es necesario saber que el VIH no se transmite por contacto casual, como dar palmadas a un colega en la espalda, compartir máquinas o equipos, compartir lavabos, estrecharse las manos, hacer una caricia, toser, estornudar, utilizarlos mismo cubiertos, utilizar el mismo teléfono o comer juntos.
Frenemos la discriminación laboral, recordemos que la discriminación afecta a la dignidad de las personas, pero el trabajo la dignifica.

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