VIH y SIDA

Es el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) que afecta a las células del sistema inmunitario, las destruye o trastorna su funcionamiento, lo que acarrea el deterioro progresivo de dicho sistema y acaba produciendo una deficiencia inmunitaria. Se habla de inmunodeficiencia cuando el sistema inmunitario ya no puede cumplir su función de protección, de combatir las infecciones y otras enfermedades. Las infecciones que acompañan a la inmunodeficiencia grave se denominan «oportunistas» porque los agentes patógenos causantes aprovechan la debilidad del sistema inmunitario.

El Sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida) representa las etapas más avanzadas de la infección por VIH. Se define por la aparición de alguna de más de veinte infecciones oportunistas o cánceres vinculados con el VIH.

Las vías de transmisión son:

   Sexual: a través de las relaciones sexuales vaginales, anales u orales sin protección, es decir, por no usar preservativo o condón. La trasmisión se da mediante el semen, el líquido pre-seminal, las secreciones vaginales o sangre de una persona que tiene la infección del VIH.

   Sanguínea: Si uno se pincha o se corta con algún objeto infectado, también por compartir jeringas o aguas infectadas.

   Perinatal (Madre a Hijo): Una madre con VIH puede transmitirlo a su bebé durante el embarazo, en el momento del parto o durante la lactancia a su hijo, por medio de la leche materna.

Se debe tener presente que el 97% de casos en Perú, ocurren por relaciones sexuales no protegidas.

No se transmite:

• Por contacto con saliva, sudor, lágrimas, orina, secreciones nasales, vómito o heces.
• Donar sangre.
• Compartir duchas o baños, cubiertos, platos, vasos, baño, ropa, la cama, etc.
• Por dar la mano, abrazarse o besarse (ni en la mejilla o en la boca, tampoco el llamado «beso profundo»).
• Por picadura de insecto o mordedura de algún animal.
• Vivir, trabajar o estudiar con persona con VIH.

Las vías de transmisión están perfectamente delimitadas y estudiadas; entre ellas no aparece la transmisión por picaduras de insectos. Tampoco el resto de los animales, domésticos o no, pueden transmitir el VIH, ya que tal y como indica su nombre es exclusivo de los seres humanos.

Sí. Por lo general podemos tener VIH durante muchos años sin saberlo. No hay síntomas definidos. La única manera de saberlo es haciéndose la prueba del VIH.

No. Cuando una persona tiene VIH, sobre todo cuando esta se encuentra en su etapa más temprana, es imposible saber, solo por su aspecto externo, si esta persona se ha infectado o no por VIH. Hay personas con VIH y no lo saben. Desde que la persona se infecta con el virus hasta que aparecen las primeras manifestaciones de Sida, puede pasar mucho tiempo, incluso años. Las personas infectadas por el VIH, aunque no tengan síntomas, pueden transmitir el virus. No hay que olvidar que la ausencia de síntomas no significa que no pueda transmitirlo.

El periodo puede variar mucho de una persona a otra. Si no se da tratamiento, la mayoría de las personas con VIH presentan signos de enfermedad al cabo de 5 a 10 años, aunque el periodo puede ser más breve. El tiempo que transcurre entre la transmisión por el VIH y el diagnóstico de sida puede variar entre 10 y 15 años, a veces más. El tratamiento con antirretrovirales puede hacer más lenta la evolución porque evita la multiplicación del virus y, en consecuencia, disminuye la cantidad de virus presente en la sangre (la llamada «carga viral») y en algunos casos la persona puede nunca llegar a la etapa Sida.

Si se utiliza correctamente en todas las relaciones sexuales con penetración (vaginal, anal u oral), el preservativo es un método de eficacia comprobada para prevenir la infección por VIH y otras ITS. Sin embargo, fuera de la abstinencia, ningún método protector es totalmente eficaz.

Estudios de laboratorio indican que los preservativos de látex constituyen una barrera física efectiva que impide el paso de microorganismos u otras partículas del tamaño del virus. Protegen frente a la transmisión del VIH, otras infecciones de transmisión sexual y embarazos no deseados. Las posibles roturas y deslizamientos del preservativo se deben más a fallos del usuario que al producto en sí. Es importante respetar la fecha de caducidad, no guardarlos en sitios que tengan temperaturas elevadas y vigilar no romperlo al abrir el empaque. En el caso de usar lubricantes, deben ser siempre lubricantes de base acuosa. No se deben utilizar aceites grasos como lubricación (vaselina, cremas o lociones corporales).

El lavado vaginal o anal después de una relación sexual no protege frente a la transmisión del VIH. En cuanto el esperma o el flujo vaginal entran en contacto con la mucosa, ya existe riesgo de transmisión, por muy poco tiempo que pase. Si se rompe el preservativo, lo primero que hay que hacer es interrumpir la penetración y acercarse a un Centro de Atención de Planificación Familiar o de Infecciones de Transmisión Sexual, para que soliciten la realización de la prueba diagnóstica del VIH y el examen de otras ITS.

En caso de tratarse de una penetración vaginal, se podría valorar tomar la anticoncepción de emergencia para evitar un posible embarazo no deseado.

Excepcionalmente y en el caso de existir un riesgo elevado, puede estar indicado el tratamiento antirretroviral como medida profiláctica.

No, hasta el momento no hay cura para la infección por VIH. Pero un buen tratamiento con antirretrovirales seguido al pie de la letra disminuye la evolución de la reproducción del virus hasta casi detenerla. Cada vez más personas que se infectan con VIH, incluso en países pobres, pueden permanecer en muy buenas condiciones y ser productivas por periodos bastante prolongados.